Ruido blanco: So Below, #247 y el océano del ser

enero 05, 2018

Penélope ya no es más que un trozo de marfil
Con el que juegan los monstruos en el abismo

Las olas nunca se habían visto así tras los resquebrajados cristales del apartamento 247. Suaves, rompiendo con calma sobre la orilla ahora desierta; silenciosas, apacibles, encantadoras. 

Como un susurro. Una canción de cuna resonando en el abismo, acompañando el danzar de las olas en eclipses, segmentos, corrientes sin sentido. 

Únicas, Hipnóticas, Embelesantes. Fluyen tras el cristal, a través del seto, más allá del bosque, a los pies del acantilado, silenciando los gritos, acallando las voces, cautivando sentidos. 

Tras el cristal resquebrajado y sucio de aquel apartamento moribundo las olas se ven... diferentes.

Aun cuando saltas al vacío, esperando que la corriente acabe con lo que hay detrás, puedes sentir el delicado roce de sus brazos fundiéndose en tu cuerpo. La oscuridad tapándolo todo parece, incluso, un dulce gesto de su parte.

¿Por qué despertar, entonces, de ese ensueño? ¿Por qué de nuevo aquel apartamento, aquella ventana... por qué las olas, las voces mudas, el ruido blanco?

"Enairi" 

Las olas se ven... diferentes.

"Por qué estás aquí... Enairi"

No parecen ser las mismas; no hay en ellas caos, ni angustia a su alrededor. No hay siluetas tras las ventanas, ni espinas, ni lunas reflejándose en sus ojos.

Tras el cristal... algo fluye en forma diferente. No son las mismas olas, no es el mismo seto, ni es la misma Mónica. 

¿Por qué volver entonces? ¿Por qué ahora, tras tanto tiempo?

Con arte y maquetación de Fátima Ackerson (link)

EL OCÉANO DE #SOBELOW

Quizá estas palabras no terminen de reflejar lo que Víctor Fernandez nos presenta mediante SoBelow, un proyecto de verkami rotulado como "el juego de rol de fantasía extraña", pero a 15 días de la finalización de su mecenazgo y a medio camino de la meta propuesta por la Asociación Cultural Melange (Madrid), no podía dejar de rendir mi humilde homenaje a semejante barbaridad de propuesta. 

Un universo inabarcable en palabras del autor, basado en la coexistencia de mundos diversos bajo el concepto de círculos que, para ampliar la idea de la fantasía extraña, retoma el mundo actual de pleno Siglo XXI rodeándolo de universos tangenciales con sus propias reglas y principios. Esto es en gran medida lo que vemos al hundirnos en el océano de SoBelow; uno y quien sabe cuantos mundos posibles donde el nuestro es amo y señor de su propio destino. 

Enairis. Moradores del Noveno Círculo. La Humanidad. Una construcción mental y filosófica netamente humana. Víctor Fernandez no se agota en palabras bonitas, sino que logra plasmar en unos cuantos aspectos lo que podemos esperar de nuestro propio mundo. Nos muestra dueños de lo que nos es propio, pero a su vez nos recuerda lo superficial de nuestra percepción: amores y odios milenarios se renuevan más allá de nosotros, y fuerzas antiguas laten al son de las mareas.  

Enigmas, resonancias, puertas. Preguntas y respuestas propias y ajenas que dan lugar a un ambiente oscuro dispuesto para que cualquier amante de la fantasía moderna de rienda suelta a su interpretación. Pero no hemos de quedarnos aquí, menos aún en mi vago parafraseo de las palabras de los involucrados; SoBelow es muchísimo más profundo de lo que reflejan estas oraciones tan superficiales como lo que la humanidad conoce de sí misma, es un espejo al interior de cada personaje y un paso adelante en relación al lugar que ocupamos en el todo. Un juego sin héroes. Y como sostengo desde hace tiempo, una puerta al apartamento 247.

LA VENTANA A LA PRISIÓN DEL SER (LINK)

En el divagar constante de este blog hemos hablado siempre del mar, de la lluvia, del océano más allá de la ventana del apartamento 247, donde todo surge, sucede y se descompone fuera de la vista de la propia humanidad. Y hablamos de la mente, intentando tocar esos vértices que por lo general se esquivan cuando de jugar se trata: la filosofía, la vida, la muerte, la profundidad de los personajes y la propia posición ante el abismo. De la búsqueda de un verdadero reflejo del horror personal y de la crueldad tras la pirámide por detrás del humor cósmico que nos caracteriza en el día a día. De ponernos en la piel de un ser ficticio e interpretar no sólo lo épico, sino también repensar los miedos y los preconceptos que los acompañan. Cada tanto nos preguntamos qué hay en el fondo de una trama, de un lugar, de un personaje... 

Y con la pregunta ya instalada sobre la profundidad del océano y todo lo que allí se esconde, SoBelow promete. Queda mucho por hablar, muchos enigmas, no sólo sobre el mundo, sino también sobre el juego, y uno espera poder cruzar la puerta en algún momento. 

Por lo pronto, con Far from any road sonando de fondo, sólo una silueta se ve a través de la ventana del abandonado apartamento, con la mirada fija en el horizonte, en el oleaje, en la ahora gris profundidad más allá del acantilado.  






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